Por Carol Kando-PinedaAbogada, División de Educación del Consumidor y Negocios, FTC
“¿Hola? Soy yo — Frosty, el muñeco de nieve. Mira, es una larga historia, pero me estoy empezando a derretir sin mi sombrero. ¡Por favor, necesito tu ayuda — envíame dinero ahora o me voy a convertir en un charco!”
De acuerdo, este es un ejemplo tonto y los verdaderos impostores no son tan graciosos. Pero en el 8º día de Protección del Consumidor, realmente vale la pena recordar que los estafadores pueden ser muy convincentes. Y nunca descansan, ni siquiera en esta época del año. Para un estafador, es sorprendentemente fácil hacerse pasar por otra persona para confundirte. Ahora, con las redes sociales es más fácil que nunca investigar la información personal y familiar. Y sacar ventaja de tus emociones. Los estafadores saben que tu amor y preocupación por tus seres queridos vencerá tu escepticismo.
Podrías recibir una llamada o mensaje supuestamente de parte de un familiar o amigo que vive lejos que dice que ha tenido un accidente, ha sido arrestado u hospitalizado. Para que sus historias parezcan legítimas, es posible que involucren a otro bandido que se presenta como una figura con autoridad, por ejemplo, un abogado u oficial de policía.
¿Qué tienes que hacer si recibes un mensaje como este?
- Pisa el freno y averigua. Resiste el impulso de actuar inmediatamente, sin importar cuán dramática sea la historia que te cuenten.
- Llama a tu familiar o amigo a un número de teléfono que te conste que es genuino. Comunícate con otro miembro de la familia o amigo para confirmar si es verdad lo que dice el mensaje.
- No transfieras dinero — ni envíes un cheque, orden de pago, ni tarjeta de regalo por un servicio de entrega urgente o mensajero.